''Agarra tus cosas y andate''
En realidad lo que quise decir es que agarres todas tus mentiras, tus porquerías, tus pavadas y te vayas. Quería que te vayas, pero que te quedes. Que te vayas sin irte. Quería dejarte. Te deje, te deje ir, pero no del todo.
La ira me consumía, la decepción me atrapó de un sopapo en frío.
Llorabas. Lloré.
Lloré de bronca, de decepción. Lloré por tu culpa, sentía tu culpa, sentía tu arrepentimiento, tu sinceridad las vi en cada una de tus lágrimas.
Era verdad. Era verdad que te ibas a ir, y se suponia que te ibas, y no volvías. Porque te despedí para eso, para que te cuides, para que vivas, para que seas feliz, para que camines, corras, vueles, cantes, sonrías, grites. Pero sin mi. Te ibas sin mi. Te ibas porque de aluna forma u otra habías elegido eso.
''No me hagas esto'' reclamaste en lagrimas, inundado de tristeza.
''VOS no me hagas esto'' Porque vos me hacías, yo solo respondía a la defensiva de estar lastimada y de esa manera.
Yo deseaba que sea de otra manera, juro que no quería eso. Pero así fue, te solté la mano. Me despedí de cada una de tus intenciones, de tus halagos, de tu cariño, me despedí de tu cuerpo.
Agarre mis cosas que estaban vos, (sin que lo supieras) agarre todo eso que era mio y que algún día te había dado, era mio, te lo entregue y no supiste cuidarlo. Te saque todo, y te deje con tus cosas, yo sabia que vos no ibas a saber que hacer así. Porque mis cosas hacían funcionar a las tuyas y viceversa.
Quería que aprendieras, a quererme, a valorarme, a realmente apreciar que yo fui (soy) tuya.
Y así fue y es.
Ahora sí: ''Agarra tus cosas y volve, quedate, cuidame.''
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