Silvio es el portero de mi secundaria. Y que lindo es tenerlo ahí, llenándote de buena onda desde temprano, dedicándote su alegría, su amor. Nunca va estar con mala onda o mal humor, simplemente es él.
Y ni hablar cuando llega el esperadísimo viernes, por supuesto que te desea un buen finde, y espera verte el lunes nuevamente, y a veces te choca la mano y seguido el puño también.
Quizá esto nunca llegue a él, o quizás si, pero de lo que estoy segura es que él llega a mi, todas las mañanas y mediodías. Y me quedo corta en decir que es lo mejor de la secundaria, y también debo decir que nunca me falto su saludo en estos cinco años. Mi excombatiente de Malvinas preferido, gracias por tanto cariño desde temprano; una amiga.
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