domingo, 21 de junio de 2015

¡Buenos días!

Al entrar al establecimiento, haga calor o haga frío, lo primero que escuchas es un; ¡Buenos días! y te alegra, porque él te desea un buen día, y lo hace de corazón. Con esa sonrisa tan transparente, tan dulce, te desea de lunes a viernes, todos los meses, un buen día. El último bandolero a veces está con un sombrero, otros días con su escoba perteneciente a su labor, otras veces te llama para izar la bandera, otros días viene a comunicar algo al aula. 
Silvio es el portero de mi secundaria. Y que lindo es tenerlo ahí, llenándote de buena onda desde temprano, dedicándote su alegría, su amor. Nunca va estar con mala onda o mal humor, simplemente es él.
Y ni hablar cuando llega el esperadísimo viernes, por supuesto que te desea un buen finde, y espera verte el lunes nuevamente, y a veces te choca la mano y seguido el puño también.
Quizá esto nunca llegue a él, o quizás si, pero de lo que estoy segura es que él llega a mi, todas las mañanas y mediodías. Y me quedo corta en decir que es lo mejor de la secundaria, y también debo decir que nunca me falto su saludo en estos cinco años. Mi excombatiente de Malvinas preferido, gracias por tanto cariño desde temprano; una amiga. 

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