Sol a pleno, ni mucho calor, ni mucho frío. Y ahí estaba sentada en una especie de pradera de flores de colores, con un vestidito blanco delicado, descalza y con una trenza cocida media desarmada soñaba poder encontrarlo, o verlo a través de las nubes, quizá. En ese momento era donde ella cerraba los ojos, y decía las palabras ''mágicas'' que lo hacian regresar; ''Mi vida, mi amor, ya estoy acá, te junte las flores de colores para que me puedas besar'' y así unas tres veces. Desde las nubes vi a alguien, lo juro, seguido a esto la mire, ya estaba con los ojos iluminados, sabia que era él y que otra vez lo vería. En cuestión de cinco segundos, ahí estaban los dos sentaditos, ella tenia un ramito de flores de colores atado con una cinta blanca que le había preparado.
-Mi vida, te extrañe. -dijo la joven con una sonrisa pícara
-Yo también. -contesto él- No me gusta esto de esperar un año entero para vernos Primavera, yo te amo pero..
-¡Ay Invierno! hace rato que hacemos esto, cuando las personas ponen un 'pero' después de un te amo lo que sigue no es nada bueno, o no?
-Si, ya se, pero en mi estación no nos podemos ver porque tus flores están marchitas, y vos dormís. Solo en tu estación hay que vernos, porque yo siempre traigo un fresquito que no viene mal, pero igual linda, vos que decís?
-Yo digo que te amo, y que te amo y que te amo, te amo con todas mis flores, Invierno -dijo llenándolo de besitos chiquitos
-Yo te amo mas, con todo mi corazón congelado y todo el frió que tengo -Dijo el abrazándola, y obviamente erizandole la piel.
Y aún así, viéndose una vez al año con un poco de flores y frío, siguieron juntos, porque los opuestos se atraen. Y el amor puede mas.
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