martes, 3 de febrero de 2015

Anecdota

El otro día (ayer mejor dicho), iba en el colectivo con mi mamá volviendo para mi casa, después de haber estado en el banco casi una hora. Estábamos las dos sentadas, no estaba ni muy lleno ni muy vacío. En una parada, había mucha gente esperando varios colectivos, por lo cual este se lleno. Seguimos viaje, las dos en silencio, mirando por la ventanilla, normal, tranquilas. En eso, sube una chica, jovencita, con un nene bebé de un año o un poco mas, a todo esto el bondi estaba lleno, y nadie movió un pelo para darle el asiento a ella. Cuando llega a mi asiento, sin dudarlo me levanto le sonrió y la dejo sentar, ella amable me dice un ''gracias'' seguido de una sonrisa. Pero esto no es lo que me ''marco'', cuando se sientan el nene lloriqueaba medio malhumorado, al verme parada en frente de ellos me sonríe, y ahí me sentí bien, ahí me di cuenta que había echo algo lindo. La sonrisa de ese nene fue mucho mas que venir a mi casa en un colectivo ''cómodamente'' sentada, y también fue mucho mas que el ''gracias'' de la mamá. No sé me lleno un poco eso.
Estas cosas son lindas, a veces ni cuenta nos damos, que algo tan chiquito como ese gesto, de levantarme y dejar que se sienten y que me dedique una sonrisa, valen mas que otras cosas. Seguramente no lo vea mas a ese nene, pero hoy me acordé de él y su inocencia.

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