Esa noche

Desnuda en la cama, casi sin aliento, transpirada de placer. Quizá esa noche era la ultima, en realidad lo era. Él. Su pasión. 
Sentado a los pies de la cama, mirándola, enamorado.
Lo difícil del amor, de su amor, era la costumbre, probablemente. Acostumbrados a lo mismo, después de tanto tiempo, meses, días y horas. Pero... Si, había un pero.
Pero se amaban, y como dice la frase ''La costumbre no mata al placer''. Y después de esa noche, en la cual el placer se volvió eterno, y los cuerpos desnudos eran uno. En esa noche las caricias no tenían fin, era como el principio de una despedida, o de un nuevo comienzo. Los besos eran deseos por cumplir, en cada susurro había un poco de verdad.
Cuando el amor puede, siempre puede mas, por sobre todo. Seguramente ese ''TODO'' serian las lagrimas, el dolor, la decepción y tal vez la traición. Y aunque haya heridas, siempre habría cicatrices, y todo lo malo seria pasado.
Y después de esa noche, donde la piel no los dejo ir. Esa noche en donde la ropa no era mas que una molestia, y los gemidos eran música. No hubo vuelta atrás. 

Soy mundo

Soy mar, soy arena. Soy montaña, soy viento, soy pino y árbol. Soy primavera e invierno, verano y otoño. Soy mundo. 

Soy vida, soy existencia y presencia. Soy el canto de el pájaro en tu ventana, soy el ladrido del perro callejero. Soy el sol en la mañana y la luna en tus noches.

Soy río y me río. Soy pasto, soy tormenta y trueno. Soy llovizna, soy relámpago. Soy natural y salvaje. Soy agua.

Soy la brisa en la pradera, soy el calor infernal y frío invernal.

Soy un pedacito de tierra que vale la pena.

Soy barro, soy flores y plantas, soy animal. Soy estrellas, soy planeta. Soy respiración, sangre. Soy células y adn. Soy una parte de genética.

Soy mamífero, soy ancestral. Soy futuro y fui pasado.

Soy mundo.

Demonios

Demonios. Ella estaba repleta de ellos, estos vagaban por su cabeza, por su ser, sin respetarla. Actuaba como ellos querían, y se reflejaban en ella. Se apoderaron de pies a cabeza.
Hasta que llego él, quien comenzó a amar a esos demonios, quien con sus mas intensas caricias los domino, hasta entro en su infierno, y ardió tanto como ellos. Quizá llego a amarla tanto, que también fue su demonio.
Ardían en el infierno de su corazón, ahí donde nadie podía entrar, solo él y las pequeñas criaturas.
Estas criaturas la habían dañado demasiado, y el se encargo de ello. Curo cada herida, y seco cada gota de sangre. Aunque después pareciera como si se hubiese encargado de abrir dichas heridas, y sin querer empeorarlas. Como si te echaran alcohol a una lastimadura. No porque el quería, si no porque era un demonio mas. 

Sé quien soy

Cierro los ojos, miro para adentro. Sé quien soy y quien no quiero ser. 

Me veo de nena; simpática, buena por demás, tranquila, feliz.

Me veo de adolescente; ahora, hoy, antipática, mala onda, tranquila y también intranquila, feliz.

Me veo de adulta; Y acá es donde me imagino el resto de mi vida, acá pongo un freno. 

¿Quien quiero ser? Quiero ser la misma, quiero conservar mi esencia, ser  transparente y también un poco vanidosa, quiero ser feliz, como lo soy, quiero luchar el resto de mi vida, cumplir metas, quiero llegar a todos esos sueños que conservo desde que soy una nena. Me quiero, a veces mas, otras menos, pero lo hago. 

Todavía puedo mejorar, espero no empeorar. Hoy soy esta, hoy sé quien soy.

Cuerpos

Desnudos de cuerpo y alma, entrelazados. Casi sin moverse se adormece el corazón de cada uno de los dos. 

Los ojos llenos de intrigas, de dudas, certezas, inseguridades.

Las manos vacías, pero repletas de caricias sin fin.

Piel con piel, lunar con lunar. 

La metamorfosis a medianoche comienza sin previo aviso, parecemos animales salvajes. No entra tanta pasión en una cama.

La Luna ilumina la poca ropa que nos queda. Y tus ojos rodando sobre mi cuerpo. Inmóvil te miro y me sonreís de placer.