Te escribo, es la primera vez que lo hago. Hace tanto no te siento. No se en que momento deje de escribirte. Quizás me sentía mal, y tuve que alejarme, o tal vez fue cobardía. Te abandone y al hacerlo, me abandone a mi también.
Te escribo a vos, prestame atención, si, a veces no lo haces, yo te hablo y me esquivas, como si fuera una molestia.
Te escribo a vos, a mi. Porque las dos somos una, yo simplemente estoy acá. Adentro. Soy vos.
Hay tantas veces que quiero que me escuches, y decirte que para todo hay solución, que no hay mal que por bien no venga, que no estas sola, que vas a hacer todo lo que quieras en tu vida. Y vos no, claro, ella enroscada en sus problemas, y yo acá adentro tratando de ayudar, en vano.
Soy tu esencia, la que te pone ansiosa, nerviosa, loca. Todo eso porque no me dejas actuar. Porque no te dejas llevar por la vida y queres controlar todo, hasta el ultimo segundo, y el primer respiro. Dejame ser, dejate ser.
Deja de preocuparte, dejate llevar por mi, por mi instinto, que es el tuyo.